Entre el lunes, 5 de mayo, y el martes, día 13, a las plantas de María Santísima de Araceli se ha venido celebrando, como de costumbre, solemne Novena en su honor con una participación plena del pueblo lucentino que ha estado llenando, cada día, las naves parroquiales de San Mateo.
El día de su inicio presidía la celebración el M. I. Sr. D. Antonio Prieto Lucena, rector del seminario conciliar de San Pelagio de Córdoba. En su homilía se refería a que María nos enseña el misterio de la eucaristía y al Papa Francisco que nos dice que Ella fue el primer Sagrario de la historia, que todos estamos necesitados y debemos ser testigos de esperanza acudiendo a la eucaristía para que, alimentados con el cuerpo de Cristo, nunca nos falte esa virtud. La coral lucentina, dirigida, como todos los días excepto el sábado, por don Antonio Villa Álvarez de Sotomayor y don Oleh Petrovich Antonyak interpretaba la Misa Auxilium Christianorum de F. Brunet Recasent. Participaba en la celebración la Asociación Deportiva “Los Gorditos”.
El martes, día 6, era el Rvdo. Sr. D. Carmelo Santana Santana, párroco de San Sebastián de Espiel y arcipreste de Peñarroya-Pueblonuevo-Fuente Ovejuna quién presidía, profundizando en que el Corazón Sagrado de María se convierte en Altar del Cielo y gracias a la acción del Espíritu Santo, por Pentecostés, en la sede de la Santa Madre Iglesia. “Dejemos que la Virgen nos mire y nos llene con su gracia”, afirmaba. Ese día colaboraba en la misa la hermandad de Nuestra Señora de la Soledad que celebra este año el 450 aniversario de su fundación interpretándose la misa Te Deum Laudamus de L. Perossi por la Coral.
El tercer día de la Novena presidía el Rvdo. P. don Antonio Budia Sabán, párroco de Párroco de Santiago el Mayor de Puente Genil, y de las aldeas de Sotogordo, El Palomar, La Mina y Rivera Baja. En su plática nos exhortaba a aprovechar que la Virgen se encuentre estos días cerca de nosotros. Ella nos invita a escuchar la palabra del Niño que nos ofrece y a ser creyentes participando en la Eucaristía. La Coral Lucentina cantaba la Misa Pío X de Juan Vilaseca y colaboraba la Venerable Archicofradía hermana de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
El jueves, día 8, presidía Rvdo. Sr. D. José Carlos Pino, párroco de San Isidro Labrador de El Higuerón y capellán del Hospital Universitario Reina Sofía, animándonos a vivir la fe para recibir la alegría de unirnos a Jesucristo; a participar en la Eucaristía para compartir y que ello nos impulse a difundir la alegría de la salvación. En esta jornada era la comunidad educativa del Colegio “La Purísima” quien colaboraba en la organización de la Eucaristía y volvía a intervenir la Coral Lucentina que cantaba la Misa II Pontifical de L. Perossi.
El día 9, viernes, era el párroco de San Lorenzo de Córdoba y juez del tribunal interdiocesano de Sevilla, M. I. Sr. D. Rafael Rabasco Ferreira, quien presidía. En su homilía, trasladándonos hasta la vida del matrimonio de la Virgen María y san José en Nazaret, profundizaba en el sentido que el sacramento del matrimonio ha de tener para nuestras vidas. Ese día correspondió el honor de participar al Ilustre Colegio de Abogados de Lucena y la Coral Lucentina interpretaba la misa en castellano de T. Aragües.
El sábado era el Taller de María, un grupo de mujeres que trabajan y rezan en la Casa de la Virgen en el ajuar aracelitano, quien se encargaba de las lecturas y ofrendas en la Novena. Presidía el Rvdo. Sr. D. Miguel Morilla Rodríguez, coadjutor de San Mateo y capellán del Centro de Magisterio Sagrado Corazón de Córdoba. En su homilía, don Miguel nos animaba a presentarnos ante la Virgen y mirar su rostro sabiendo responderle y escuchando lo que la iglesia nos presenta para ser dignos hijos de María. “Miremos a María, peregrina de la fe y Madre de la Iglesia”. Era interpretada la Misa O Magnum Mysterium de Tomás Luis de Victoria por la Coral Lucentina bajo la dirección de don Víctor Nájera Sánchez.
El segundo domingo de mayo, festividad del Buen Pastor, día en que se celebraba el Besamanos de Nuestra Señora, presidía el Rvdo. Sr. D. Patricio Ruiz Barbancho, párroco de la Purísima Concepción de Fuente Palmera y arcipreste del Bajo Guadalquivir. En su homilía nos animaba afirmando que “hoy Cristo nos dice que nos cuida y nos atiende; nos da a comer, nos alimenta con su propio cuerpo; sólo Jesús tiene palabras de vida eterna y a él debemos seguir; la Virgen hoy es la Divina Pastora de nuestras almas”. Ese día era la Corte de Honor de Damas Aracelitanas la encargada de participar en la Eucaristía y por la Coral Lucentina se interpretaba la misa de campanilleros de F. Chicano Muñoz con la colaboración del grupo de cuerda y campanas de los Campanilleros de la Aurora de Lucena.
El día 12, lunes, el arcipreste de Lucena-Cabra-Rute y párroco de Asunción y Ángeles de Cabra, Rvdo. Sr. D. Zacarías Romero Arroyo, nos alentaba a ser discípulos viviendo e imitando la vida del Maestro y divulgando la palabra de Dios. “La fe no se reduce a unos pocos, el amor de Dios se derrama sobre toda la humanidad” decía. “Dios, el Buen Pastor, nos convoca a todos representado en los sacerdotes de la iglesia y la Virgen de Araceli nos presenta en sus brazos al Buen Pastor buscando que nos acerquemos a su Hijo”. En el centenario del nacimiento de don Fernando Chicano Muñoz, era la comunidad educativa del Conservatorio Profesional de Música que lleva su nombre quien participaba activamente en la Eucaristía. Cantaba este día la Coral la misa Te Deum Laudamus de L. Perossi.
Y para cerrar la Novena, el martes 13, la celebración era presidida por el Ilmo. Sr. D. David Aguilera Malagón, párroco de San Mateo y vicario episcopal de la campiña de Córdoba y la participación activa correspondía, como viene siendo costumbre en este día, a la Junta de Gobierno de la Archicofradía. Don David basaba su sermón en María, Madre de la Iglesia, del pueblo de Dios y Madre nuestra. Nos decía que la Virgen es quien nos abre las puertas del cielo; que todas las religiones rechazan, de alguna manera, la figura de María, lo que debe resultarnos un motivo más para estar orgullosos. Luego nos recordaba los cuatro dogmas que debemos tener claros acerca de María : es Madre de Dios, es Virgen, es Inmaculada y Asunta al Cielo en cuerpo y alma. La Coral Lucentina cerraba su brillantísima intervención en las fiestas aracelitanas con la interpretación de la misa Misa Auxilium Christianorum de F. Brunet Recasent.
Fotos: Luis Burgos Morillo