Ya desde 1563, al objeto de favorecer la celebración de fiestas en honor de Nuestra Señora de Araceli, en documento firmado con las solemnidades del derecho de aquellos tiempos; además de quedar probado que desde el principio ya se celebraban tres días de fiesta en honor de Nuestra Patrona, consta el apoyo de la corporación municipal lucentina a las celebraciones.
“… : no se ha de pagar sisa (impuesto sobre comidas y bebidas) de todo lo que se vendiere e comprare en los tres días de la fiesta de N. Sra. de Araceli”. Y al margen se halla puesta la siguiente nota: “Fiesta de Araceli.”
El transcurrir de los siglos ha venido configurando las actuales fiestas aracelitanas que en los primeros tiempos estaban organizadas por el Concejo local, el Capellán del Santuario y la cofradía. Las celebraciones se organizaban en torno a la procesión de la Virgen el primer domingo de mayo, en principio, en el propio entorno de la Sierra de Aras. Más adelante, cuando habitualmente era bajada hasta la entonces villa para las fiestas, se oficiaba Solemne Novena en su honor, en la parroquia de san Mateo.
El amor devocional a Nuestra Patrona y el entusiasmo popular propiciaban que en múltiples ocasiones la Virgen fuera trasladada al pueblo al objeto de celebrar rogativas. Así, en 1589 baja como consecuencia de la sequía, en 1600 para librarnos de una epidemia de peste, en 1628 bajó en acción de gracias por haber librado a Lucena de una epidemia de difteria o en 1841, cuando tuvo lugar un traslado espontáneo en rogativas por la lluvia.
En el archivo aracelitano existe documentación de finales del siglo XVII donde queda constancia de los gastos efectuados para las fiestas: cohetes y fuegos, música de ministriles y danzas, luminarias, derechos de la Función Religiosa, pagos al Sacristán Mayor de san Mateo, e incluso gastos de cochero para llevar y traer al predicador.
Último domingo de abril. Misa de enfermos, ancianos e impedidos. Para recibir el Sacramento de la Unción de Enfermos, multitud de personas se congregan en torno a la Madre Dulce y Buena de Araceli en la tarde del último domingo de abril a título particular o procedentes de las distintas residencias de la tercera edad existentes en la ciudad.
Viernes anterior al Primer Domingo de mayo. Pregón de las Glorias de María Santísima de Araceli.
Como acto previo, tiene lugar en el Palacio Erisana de Lucena, la proclamación oficial de la Araceitana Mayor y su corte de Damas de Honor. Luego, tras el encendido oficial del alumbrado especial de las fiestas, en distinguido cortejo se desplaza la corte aracelitana del brazo de las autoridades, Hermano Mayor y Pregonero hasta la parroquia de san Mateo desde cuyo presbiterio será pronunciado el pregón.
Con los precedentes de unos Juegos Florales en 1948, año de la Coronación, a cargo de don Luis Morales Oliver; y de un homenaje aracelitano en 1949 realizado por don José María Pemán Pemartín, desde 1958 se viene celebrando este acto ininterrumpidamente habiendo contado, entre otros, con personalidades de la talla de don Antonio Rodríguez Buzón, el Rvdo. P. Ramón Cué, don Francisco de Sales Melguizo Fernández, don Antonio y don Carlos Murciano González o don José María Rubio Rubio.