María Santísima de Araceli ha amanecido esta mañana en su Real Santuario de Aras después de pasar 51 días en Lucena y recibir a sus fieles en el acto de Veneración y Acción de gracias celebrado durante el fin de semana.
Sin convocatoria previa para evitar aglomeraciones por la crisis sanitaria del COVID-19, cuando daban las dos y media de la madrugada los miembros de la Junta de Gobierno y de la Vocalía de Juventud de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, acompañados por el capellán del Santuario, David Aguilera Malagón, situaron a la patrona de los lucentinos sobre una plataforma remolcada por un coche que llevaría a Nuestra Madre hasta su recién nombrado Santuario Diocesano.
Escoltada por dos vehículos de Policía Local, la comitiva transcurría por las calles Barahona de Soto, el Coso, Maquedano y carretera de la Sierra hasta llegar al Santuario pasadas las tres de la madrugada donde María Santísima de Araceli ya espera la visita de sus hijos.
Durante el día de hoy sólo se podrá ver a la Patrona de Lucena y del Campo Andaluz a través de las cristaleras de la puerta principal. El Santuario volverá a abrir sus puertas en el horario habitual de verano a partir del martes con las medidas sanitarias pertinentes.
Las misas se reanudarán en la Ermita el próximo domingo con aforo limitado dando cumplimiento a la normativa vigente por la crisis sanitaria. No obstante, finalizada la eucaristía se permitirá el acceso al camarín a aquellas personas que queden fuera de la misa por superar el aforo.