El pasado domingo, 16 de septiembre, la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli celebraba Asamblea General de Hermanos en su sede social de la Casa de la Virgen. Quedaban aprobados, por la unanimidad de los reunidos, la memoria del curso cofrade 2011-2012, las cuentas de la Archicofradía correspondientes a este periodo y los proyectos a realizar desde ahora hasta septiembre de 2013.
Ya en el capítulo de “Honores y distinciones” se hacía entrega del título de “Cofrade de Honor” al Rvdo. Sr. don Leopoldo Rivero Moreno, que durante los últimos años ha venido ejerciendo el cargo de párroco de Santo Domingo de Guzmán de Lucena y que ahora ha sido destinado, en misión pastoral, a Picota (Perú) donde va a hacer realidad junto al Rvdo. Sr. don Juan Ropero, ese proyecto del hogar de niños necesitados de Nuestra Señora de Araceli, que dependerá de la parroquia de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, administrada por la diócesis de Córdoba.
La vinculación de don Leopoldo con la Archicofradía aracelitana se inicia con su primer destino, después de ser ordenado en el año 2000, como vicario parroquial de San Mateo al lado de nuestro añorado don Félix Vázquez López, ya en la gloria de Dios. Precisamente de él aprendió su celo aracelitano, y tuvo las vivencias directas del servicio a la Virgen en San Mateo y en el Santuario. Conoció desde dentro esta archicofradía, alentando a los jóvenes de la Vocalía de Juventud primera, creando grupos de formación y confirmación en la casa de la Virgen, y estando siempre presto a cualquier iniciativa.
Don Leopoldo es un sacerdote ejemplar, cercano al pueblo, a los jóvenes, a los ancianos, a los que andan descaminados y a los enfermos que necesitan la comunión. Es viva estampa de un hombre de Dios que contagia de su esperanza y su amor. Gracias a su cercanía y a estar presente haciendo apostolado de calle, muchos son los que se han acercado al Señor o a la Iglesia gracias a él. Es la constancia misma y la tenacidad, siempre amigo y buen consejero. Donde quiera que esté habrá un aracelitano ejemplar. Con su obra y su palabra ha alentado y sigue alentando la devoción a la Santísima Virgen, a la que encomendamos su protección en esta misión que, por obra y gracia de Dios, el Obispo le encomienda.
Con anterioridad también había sido distinguida la Hermandad del Glorioso Patriarca San José Artesano con una placa en muestra de agradecimiento por el préstamo del trono de su titular, joya de sentimientos y arte lucentino, para la procesión extraordinaria de María Santísima de Araceli, del 20 de mayo pasado, con motivo de la Misa de Acción de Gracias por el 450 aniversario de la presencia de la imagen de Nuestra Señora en Lucena.