- Lo mismo que ocurriera en la jornada romera de la Bajada el penúltimo domingo de abril, este año la lluvia quiso ser también protagonista en la Subida. Terminaban los actos del mayo aracelitano el 1 de junio con la Misa de Romeros, a las siete de la mañana en el templo de San Pedro Mártir, que era presidida por el Ilmo. Sr. vicario episcopal de la Campiña y capellán consiliario de la Archicofradía, don David Aguilera Malagón, y concelebraba el párroco de Santo Domingo de Guzmán, don Nicolás Rivero Moreno; en el acompañamiento musical, como todos los años, estaban los integrantes del Coro “La buena gente”. Asistía representación de la Archicofradía y de la Obra Pía de Nuestra Patrona, la Corporación Municipal, la Corte de Damas Aracelitanas, autoridades judiciales y militares, la cuadrilla de santeros y muchos simpatizantes de la Peña Sierra de Aras, así como numerosísimos hermanos y devotos de la Virgen que abarrotaban el templo.
En el momento de terminar la eucaristía hacía acto de presencia la lluvia por lo que la Junta de Gobierno de la Archicofradía adoptaba la decisión de ir aplazando el inicio de la procesión romera en intervalos de media hora, como estipula el Reglamento de Régimen Interno, circunstancia que iba siendo puntualmente comunicada por el hermano Secretario a todos los presentes en el templo.
En torno a las diez y media de la mañana hacía su salida del templo la Santísima Virgen de Araceli, a hombros de la cuadrilla que mandaba don José Manuel Muñoz Ruiz, debidamente protegida ante la posibilidad de que a lo largo del recorrido volvieran a repetirse las lluvias tormentosas que habían descargado sobre Lucena. Tras subir por la calle Lamerina, bellamente adornada para la ocasión por el vecindario, en la Hoya del Molino se incorporaban al cortejo una veintena de carrozas preparadas por asociaciones de diferentes ámbitos que habían aguardado, pacientemente, la salida de Nuestra Patrona. Abría el cortejo la Agrupación Musical del Stmo. Cristo de la Humillación de Lucena y tras el paso de la Virgen, iba la Corporación municipal y la Sociedad Didáctico Musical Banda de Música de Lucena.
Emotivo resultó el paso de la Virgen por la residencia de ancianos “San Juan de Dios” donde estaban muchos de los internos esperando el paso de la Virgen. Y como cada año, el momento en que la imagen de Nuestra Señora se giraba, en los jardines del Maestro don Antonio Villa para despedirse de su pueblo; produciéndose allí también la despedida oficial.
Luego sería el pueblo aracelitano el que tomara sobre sus hombros el trono de romerías hasta la casa de la familia Servián, lugar en el que la Archicofradía optó por montarlo en una plataforma para hacer con celeridad la subida hasta el Santuario debido a las horas de retraso que llevaba la romería. Hay que dejar constancia de que en todo momento la Virgen estuvo acompañada por cientos de devotos que la acompañaron caminando con sus habituales cánticos.
Llegando la Virgen a la cumbre serrana de nuevo se desencadenaba la tormenta, si bien, sólo cayeron unas gotas de lluvia. Otra vez la cuadrilla de santeros tomó sobre sus hombros el trono romero y en un horquillo, largo y reposado, subió hasta la explanada del Santuario a Nuestra Señora de Araceli que a las 15:15 h de la tarde hacia su entrada en el templo. Y tras el canto de la Salve, dirigido por el Rvdo. P. don Nicolás Rivero Moreno, se daba por concluido el traslado romero de María Santísima de Araceli.