La tarde del sábado, 3 de mayo, se presentaba este año plena de luz y alegría. Lucena preparaba la multitudinaria Ofrenda de Flores que cada año presenta a la Madre Dulce y Buena de Araceli y un buen día presagiaba un espléndido homenaje a la Virgen.
A las seis y media de la tarde dio comienzo el acto en el paseo de Rojas encabezado por la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía del Stmo. Cristo de la Humillación de Lucena. Los centros escolares y de la tercera edad de nuestra ciudad fueron los primeros en tomar la calle del Peso para llegar a las plantas de la Virgen, donde miembros de la Junta de Gobierno y de la Vocalía de Juventud de la Archicofradía recibían las ofrendas para ponerlas a los pies de la Virgen.
Posteriormente hacía su entrada en la parroquia de san Mateo la aracelitana mayor, Isabel Vigo Fernández de Villalta, y la corte de damas de honor: Araceli y Carmen González Muñoz, Carolina Osuna Cuenca y María Vigo Fernández de Villalta; que, una vez depositado su ramo a las plantas de Nuestra Madre, se hacían cargo de recoger los ramos y cestas de flores que llevaban los devotos aracelitanos.
Además de una infinidad de familias que, a título individual, depositaban sus ramos y cestillos ante la Virgen; representaciones de todos los ámbitos de la sociedad lucentina fueron desfilando ante la Patrona. Cerraban el cortejo las cofradías lucentinas, delegaciones de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, del Ilustre Colegio de Abogados de Lucena, las cuatro cuadrillas de santeros de María Santísima de Araceli en el presente año, representaciones de las hermandades filiales aracelitanas, la propia Archicofradía con sus secciones del Taller de María y la Vocalía de Juventus y, por último, la Corporación Municipal y la Sociedad Didáctico Musical Banda de Música de Lucena.
Quedó el presbiterio y la parte superior de la nave central de la parroquia repleta de flores. Tras el canto de la Salve y el himno aracelitano por la Coral Lucentina, se daba por finalizado el acto pasadas las diez de la noche. A destacar la grandísima cantidad de trajes típicos lucentinos que cada año se van imponiendo en número a cualquier otro tipo de vestimenta para este día.