En este orden, fue confiada a la Archicofradía la construcción de una casa hogar con motivo del Año Jubilar, proyecto que posiblemente se hubiese cubierto en condiciones económicas normales con la aportación de devotos, fieles y hermanos. A estas alturas se ha adquirido un terreno para edificar dicha casa, pero ahora hay que levantarla.
Por esta causa, celebrando la vuelta después de un año de este misionero tan querido en Lucena, él mismo presidirá la eucaristía dominical del Real Santuario; y a mediodía, a partir de las una de la tarde, tendrá lugar un almuerzo solidario al precio de 5 euros para colaborar con la construcción de la casa. En ese precio se podrá recibir una bebida y una ración de paella o de cualquiera de los doce peroles que han donado personas e instituciones colaboradoras con el evento, así como a la parroquia de Santo Domingo. Todo ello es posible gracias a la colaboración y cesión desinteresada de la caseta de la hermandad del Rocío de Lucena, en el recito ferial.
La Archicofradía espera poder iniciar en breve la edificación de esta casa que llevará el nombre de Nuestra Señora de Araceli, difundiendo así el nombre de nuestra bendita Patrona como un elemento de esperanza en la selva peruana.