Aprobada por la Junta de Gobierno de la hermandad el pasado 1 de septiembre, la distinción de Cofrade de Honor a Francisco Rodríguez Delgado se produce como reconocimiento por la labor desempeñada en la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli con el trabajo realizado en su Junta de Gobierno en la ingresó en 1982 como tesorero prolongando su cargo durante quince años en los que se realizó la edificación de la Casa de la Virgen, la restauración del Camarín de nuestra Patrona en su santuario o la peana que sustenta a la Patrona en el santuario.
Así mismo, se reconocía la labor realizada por Rodríguez en la Agrupación de Cofradías y en otras cofradías lucentinas como la fundación, junto a un grupo de amigos, de la Hermandad de Tambores Enlutados que acompaña al Cristo del Silencio.
El vicario parroquial de San Mateo, Diego Fernando Figueroa, en nombre del sacerdote David Matamala Manosalvas, recogía en el mismo acto la Insignia de Oro de la Cofradía en reconocimiento a la devoción manifestada a Nuestra Madre durante los cuatro años que ha ejercido el ministerio como vicario parroquial en San Mateo no sólo celebrando eucaristías a sus plantas en su Santuario, sino también propagando su devoción.
De forma excepcional y para garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias impuesta por la crisis del COVID-19, la reunión, que inicialmente estaba prevista para el tercer domingo de junio en la Casa de la Virgen, se celebró en la parroquia de San Mateo donde se aprobaron la memoria anual y las cuentas de la hermandad, y se trataron tratar distintos asuntos como la finalización del proyecto de accesibilidad y construcción del columbario en el Real Santuario de Aras, la declaración de Santuario Diocesano de María Santísima de Araceli a la ermita aracelitana.