El jueves 5 de julio, el peregrino que camina hacia Roma, salió de tierras andaluzas. Ya está en la diócesis de Albacete, tras cruzar con sofocante calor la sierra de Segura, en el norte de la provincia de Jaén. Más de 280 Km. de distancia lo separan del Real Santuario de Nuestra Señora de Araceli, desde donde salió el día 24 de junio pasado. De Lucena fue hasta el Santuario de Ntra. Sra de la Sierra, en Cabra, donde fue acogido. De allí, por la Vía Verde de la Subbética llegó hasta Luque. Después, por la Vía del Aceite, se adentró en tierras jiennenses de Alcaudete, Martos, y la propia capital. De allí, cambiando el rumbo inicial, subió hasta Puente del Obispo, cerca de Baeza, Úbeda, Navas de San Juan, Castellar, Arroyo del Ojanco y Génave.
En cumplimiento a las obras de misericordia, Juan Miguel de la Rosa pide techo y cobijo, especialmente en las parroquias, santuarios y entidades civiles donde siente el calor de la gente. Aunque el camino es difícil tiene intactas las ilusiones y el deseo de descansar un día, posiblemente en Albacete. Dice que todo han sido facilidades, aunque lleva varios días sin dormir en una cama. A quienes lo ayudan le ofrece una postal de la Virgen de Araceli como recuerdo de esta peregrinación.
De su experiencia ya se han hecho eco importantes plataformas de información religiosa, diarios provinciales, así como la web de la diócesis de Córdoba y de los Obispos del Sur. Seguramente que en este tiempo agitado en que vivimos, cruzando campos y caminos, Juan Miguel tiene tiempo de reflexionar, y no escucha tanto las noticias económicas de la temida prima de riesgo.