La solemne Novena en honor de María Santísima de Araceli se ha venido celebrando, como de costumbre, con una masiva participación del pueblo lucentino que ha estado llenando, cada día, las naves parroquiales de San Mateo, entre el lunes, 4 de mayo, y el martes, día 12. Intervino en todas las jornadas, con su acompañamiento musical, la Coral Lucentina patrocinada por la Delegación de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Lucena bajo la dirección de don Víctor Nájera Sánchez y la dirección adjunta de don Oleh Petrovich Antonyak. A lo largo de los nueve días la Coral magnificó las celebraciones eucarísticas interpretando diferentes misas como la Pontifical de Perosi, Auxilium Christianorum o la misa de Campanilleros del maestro Chicano Muñoz. El último día se volvió a interpretar la Misa del Campo Andaluz del maestro Villa Álvarez de Sotomayor, quien en esta ocasión sí pudo estar presente, más restablecido ya.
Los tres primeros días estuvo presidida la Novena por el Rdo. Padre D. Francesc Xavier Catalá Sellés O.P., de la Comunidad de Padres Dominicos del Convento de Jerez de la Frontera. El lunes participaron colaborando en la celebración los voluntarios del Comedor Social Virgen de Araceli y el predicador, en su homilía se refería a la necesaria unión de cristianos y a considerar a la Virgen María como medio a través de la cual podemos llegar a la Santísima Trinidad.
El martes, día 5, nos acompañaba ayudando en la eucaristía la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Agonía Orando en el Huerto que este año celebra su XXV Aniversario fundacional. El Sr. Catalá nos recordaba que acudir a la Virgen es acudir a Cristo y que contemplando el rostro de María encontramos la paz de Dios. Aumentar su contemplación y devoción es aumentar el amor a Cristo y en Ella aumentamos la paz de Dios.
El último día de la presencia de don Francesc Xabier Catalá, correspondió la participación activa a las señoras que forman el Taller de María. En su homilía, el predicador nos hacía meditar que estamos aquí para dar más fruto, como la viña, o no tiene sentido nuestra vida cristiana. Nuestros antepasados lucentinos encontraron en María Santísima de Araceli la mejor respuesta a sus preocupaciones y decidieron construir y engrandecer un Santuario en su honor para que todos podamos subir a contemplar el rostro sereno de la Virgen y orar allí a Dios.
Los días 7, 8 y 9 mayo era presidida la Novena por el Rdo. Padre D. Pedro José Huerta Nuño O.S.S.T., Secretario Provincial de la Casa de la Santísima Trinidad de Córdoba. Correspondió el jueves la colaboración a la Archicofradía Hermana de Nuestro Padre Jesús Nazareno. En su primera homilía el predicador nos recordaba que permanecer en el amor es lo que Jesús nos pedía ese día en el Evangelio, crecer en el amor, creer en el amor, confiar en el amor. Y que la Virgen María nos enseña a permanecer en el amor en los pequeños detalles de cada día.
El viernes, 8 de mayo, don Pedro José nos exhortaba a recordar siempre que Dios es nuestro amigo al que no debemos fallar nunca, pues Él sí que está siempre pendiente de sus hijos. Esa noche participaban activamente en la eucaristía los nuevos integrantes de la Obra Pía de María Santísima de Araceli.
Y el sábado, día 9, eran los miembros de la Vocalía de Juventud de Nuestra Amada Patrona quienes auxiliaban la celebración. El predicador, para despedirse, nos recordaba en su homilía el mandamiento nuevo que, como resumen, nos dio el Señor: “Amaos unos a otros como yo os he amado”. Afirmaba, don Pedro José, que cuando haces las cosas con amor mejora la vida de los que nos rodean y que los cristianos debemos colocar en primer lugar de nuestras vidas el amor y el perdón.
Los tres últimos días de la Solemne Novena, la eucaristía estuvo presidida por el Rvdo. P. D. Juan Dobado Fernández O.C.D., de la Comunidad de Padres Carmelitas Descalzos del Convento del Santo Ángel de Sevilla. El domingo del piadoso Besamanos a María Santísima de Araceli participaba colaborando la corte de Damas Aracelitanas de 2015 y el predicador mencionaba que la Madre evoca, para nosotros los creyentes, los valores más profundos; la vida, el amor, el esfuerzo, el perdón, la lucha, la entrega, la esperanza. Insistía, además, en que todos debemos agradecer al Señor el regalo de la Madre y el milagro de su amor.
Los miembros de la Adoración Nocturna de Lucena eran los encargados de auxiliar en la liturgia del penúltimo día de la Novena donde el Rvdo. P. nos hacía caer en la cuenta de la alegría de la Virgen y nos animaba a mirar su rostro sereno y reconfortante. Nos trasladaba luego a las primeras palabras que, dedicadas a la Virgen María, aparecen en el Evangelio: “Alégrate llena de gracia”. Insistiendo en que, como María, la alegría debe ser la forma de vida de los cristianos.
Y para cerrar el novenario, el Sr. predicador nos presentaba a la Virgen como una mujer magnífica, grande como la luna, brillante como el sol y acechada por el dragón del mal al que Ella vence desde la humildad. La humilde María nos recuerda que por encima de todo está Dios y que con su humildad Ella nos señala el camino del Señor. Esa noche, como es costumbre, era la junta de gobierno de la Archicofradía la que cerraba las participaciones de colaboración en la Novena.