La tarde del sábado 26 de mayo puede calificarse de histórica para la devoción nazarena y aracelitana de Lucena, puesto que las dos imágenes que atesoran la mayor decoción popular, coincidieron en traslado hasta la parroquia de San Mateo para la celebración de un Solemne Quinario de Acción de Gracias.Pocas veces, a lo largo del siglo XX, se había tenido el privilegio de contemplar esta estampa.
En la tarde anterior se recibieron las reliquias de San Juan de Ávila para la celebración de la Eucaristía y Vigilia Mariana, en el templo de la Sagrada Familia. Estos actos estuvieron presididos por el vicerrector del Santuario de San Juan de Ávila, el Rvdo. señor don Carlos Gallardo, quien junto al párroco, bendijo el nuevo manto bordado de la Virgen, trabajo ofrecido a la Virgen por el taller de María y la señora doña Pilar Rodríguez.
Con una misa de campaña en el atrio de la parroquia de la Sagrada Familia,presidida por don José Félix García Jurado, párroco, se iniciaba el traslado de la Virgen y del relicario del Maestro de Santos. Al llegar a la Capilla de Ntro. Padre Jesús, se desataron pasiones y sentimientos cuando la venerada imagen del Nazareno salió hasta el llanete. Una saeta y el toque de torralbo nos transportaron por un momento a la madrugada del Viernes Santo. Allí sonaron cohetes y marchas procesionales para ese encuentro devocional. Las calles más céntricas de la localidad, por un momento, estuvieron intransitables dada la enorme cantidad de público que esperaba a los dos pasos, que en torno a la medianoche entraron en la iglesia mayor parroquial. En la puerta, Nuestro Padre impartió la bendición al pueblo, ante la imagen de su Madre Bendita de Araceli. Desde entonces quedaron dispuestas en el altar mayor recibiendo la visita de miles de personas. El domingo, 27 de mayo, se multiplicaron los actos litúrgicos en la parroquia. Entre ellos cabe destacar la celebración del Rosario de la Aurora, al alba, y la confirmación de quinientas personas, después de un intenso año de preparación y catequesis. Acompañaron al Ilmo. señor don Jesús Poyato Varo en la impartición del sacramento, por la mañana, el Ilmo. Sr. don Joaquín Alberto Nieva, secretario canciller del Obispado, y por la tarde, el Ilmo. Sr. don Francisco Jesús Orozco, vicario general de la diócesis, que volvía a celebrar en la que fue su parroquia.