Las hermandades de Gloria de Málaga cerraron ayer por la mañana su ciclo anual de actos, con el rosario por  el Centro, que contó con la imagen de la Virgen de Araceli, titular de la filial de esta Real Archicofradía, al culto provisionalmente en la parroquia de los Santos Mártires, por la restauración de la iglesia del Santo Cristo. Este rosario es el gran acto de hermandad que organiza la Agrupación de Glorias y que cada año elige una devoción agrupada para presidirlo.
Los actos comenzaron a las 10 de la mañana con el rezo de los Laudes en la iglesia de los Santos Mártires, desde donde salió el cortejo procesional rezando el rosario presidido por la imagen Virgen de Araceli que tallara el insigne Juan Martínez Cerrillo. La Virgen, ricamente vestida, estrenaba saya bordada sobre seda blanca y vestía un antiguo manto rojo bordado. Noventa y dos años de existencia de la devoción en Málaga fueron necesarios para esta primera salida procesional, que fue portada en el trono de traslado de la Virgen del Gran Poder por 60 hombres de trono contando con la dirección de Juan Antonio Nieto y Antonio Ortega. Durante este trayecto, buen número de devotos acompañaron a la Virgen con sus hachones de cera, entre gran expectación. La parte musical correspondió al cuarteto musical Glorias de Málaga.

El breve recorrido del rosario llevó a Nuestra Señora de Araceli hasta la Santa Iglesia Catedral, donde celebró la eucaristía el obispo emérito de Málaga, don Antonio Dorado Soto, que ya estuvo presente este mes de mayo en la Novena a Nuestra Señora, aquí en Lucena. Hizo referencia don Antonio a la imagen de María en el Año de la Fe, como excelso modelo. A este acto acudieron buen número de lucentinos, resultando el primer templo malagueño completamente lleno. El alcalde de Lucena, el hermano mayor de la Real Archicofradía, el hermano mayor de la cofradía del Stmo. Cristo de la Sangre, varios miembros de nuestra Junta de Gobierno, así como altos mandos de la Guardia Civil en Málaga, curiosamente, naturales de Lucena, compartieron el bajo presbiterio con la Junta de Gobierno de la Agrupación de Gloria y autoridades civiles malagueñas. En el ofertorio, participaron señoras lucentinas ataviadas con la mantilla española, así como un grupo de Aracelitnas, que vestían el traje típico de Lucena. Al término de la misa se inició la procesión gloriosa de regreso a los Mártires, que se inició sobre las 12.30 horas desde la Catedral y con el siguiente itinerario: Patio de los Naranjos, Santa María, Molina Lario, Sancha de Lara, Larios, Constitución, Granada, Santa Lucía, plaza de los Mártires y encierro.
Si emocionante fue el recorrido de ida, el de vuelta a Los Mártires fue espectacular. Málaga estaba hermosa, soleada y con ganas de deleitarse en la Virgen. Con la calle Larios repleta, tanto el hermano mayor como el alcalde dieron con un toque de martillo la orden de levantar el trono. También lo hizo el presidente de la Agrupación de Cofradías de Málaga, el propio Obispo y otras autoridades locales. El trono iba perfectamente adornado, trabajo que realizó el grupo de esta Real Archicofradía, y que fue efusivamente agradecido por el hermano mayor de la filial, don Cristóbal García. El acompañamiento musical correspondió a la Banda de Cornetas y Tambores de la Estrella, que abrió el cortejo integrado por todas las hermandades de Gloria que estuvieron presentes, y a la Banda Juvenil de la Cruz del Humilladero, que fue tras el trono de la Virgen de Araceli. A las tres de la tarde aproximadamente la Virgen estaba delante de la parroquia de los Mártires, donde formaron a dos filas estandartes y guiones. Entre la comitiva pasó el trono, recibiendo el homenaje de sus portadores en numerosas mecidas brazo en alto. No faltaron tampoco los fandangos de Lucena, y durante todo el trayecto fueron motivo de fotografías de turistas las señoras y señoritas que incorporadas al cortejo vestían la mantilla y el traje lucentino.

Cuatro autobuses se desplazaron a Málaga, dos de la Real Archicofradía, otros dos organizados por doña Teresa Ruiz Canela y muchísimas lucentinos a título particular. Casi doscientas personas compartieron un almuerzo distribuido en las casas de hermandad de Estudiantes y Santo Sepulcro, frente a la Alcazaba. Con gran gentileza, los diferentes hermanos mayores invitaron a los lucentinos a visitar sendos museos.
El hermano mayor de la Real Archicofradía, en el momento de recibir un cuadro conmemorativo del día, agradeció su esfuerzo y trabajo al hermano mayor en Málaga y a toda su junta de gobierno.

Fotos: la 1ª es de Antonio José Bergillos Servián; la 2ª y la 3ª de Luis Burgos Morillo