Monseñor Demetrio Fernández González, obispo de la diócesis de Córdoba procedía, a la seis de la tarde del pasado sábado, a la apertura de la puerta santa del Año Jubilar Aracelitano invitando a entrar en el interior del templo a los numerosos fieles que se habían congregado en la explanada de la Sierra de Aras. Previamente, el hermano mayor de la Archicofradía, don Antonio Crespillo Guardeño se había dirigido a los presentes con unas palabras que explicaban el simbolismo del acto de apertura, que no era sino una invitación a adentrarse en un año de gracia en torno a la Virgen de Araceli.

Don Jesús Poyato Varo, vicario episcopal de la Campiña y capellán consiliaro de la Archicofradía aracelitana, daba lectura al rescripto pontificio que decreta el Año Jubilar y seguidamente explicaba las fechas y lugares donde se podían lucrar las indulgencias que el jubileo permite y su significado.

Con toda solemnidad se celebró la primera Eucaristía de este año de gracia donde el Sr. Obispo expuso que la Iglesia nos invita a la alegría en un año de muchos dones por parte de Dios y así se espera que lo sea para Lucena, para todo el campo andaluz y para la Diócesis de Córdoba.

Estuvieron presentes en el acto numeroso miembros de la Corporación Municipal con su alcalde, don Juan Pérez Guerrero a la cabeza; el presidente de la Agrupación de Cofradías, don Antonio Díaz Serrano, y numerosos hermanos mayores de las cofradías lucentinas; hermanos mayores y representantes de cofradías aracelitanas filiales, miembros de la Obra Pía de María Santísima de Araceli y representantes de los cuerpos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.

El acompañamiento musical corrió a cargo del Coro de la Cofradía de la Aurora de Lucena que interpretó Misa en honor de Nuestra Señora de Araceli, del Maestro Fernando Chicano Martínez

Fotos: Luis Burgos