En el segundo día de la Solemne Novena dedicada a la Virgen Santísima de Araceli, presidió la eucaristía el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José Vilaplana Blasco, Obispo de la diócesis de Huelva, quien concelebró con el Ilmo. Sr. Vicario Episcopal, don Jesús Poyato Varo y don Iván Martín-Tejada. Con el templo de San Mateo completamente lleno, la procesión de entrada partió desde su capilla sacramental hasta el presbiterio, adornado profusamente con las flores ofrendadas a la Virgen en su fiesta.

La parte musical de la Novena corrió a cargo de la prestigiosa Coral Lucentina, dirigida por don Antonio Villa Álvarez de Sotomayor y don Oleh Petrovich Antonyak,que interpretó la primera Misa Pontifical de Perossi. Participaron en las lecturas y ofrendas, diferentes miembros de las cuadrillas de santeros de Bajada y de los traslados jubilares.

En su homilía, don José destacó los tres pilares en los que debe cimentarse la celebración jubilar: un momento de purificación del alma, una ocasión para frecuentar y profundizar en el valor del sacramento de la eucaristía y una llamada a vivir la fe de manera comunitaria. Indicó a los asistentes que el Año Jubilar concedido por el Santo Padre debe ser un año de gracia del Señor y una oportunidad de avivar la fe, tal vez adormecida. Significó la honda devoción que había palpado en los lucentinos hacia la Madre de Dios, desde que en septiembre pasado visitó el Real Santuario con motivo del encuentro de rectores de Santuarios organizado en Lucena por la Conferencia Episcopal.

En la tarde del primer día fue el Ilmo. Sr. D. Joaquín Alberto Nieva García, Secretario Canciller del Obispado de Córdoba quien predicó la Novena con sentidas palabras salidas de sus vivencias primeras en torno a la Virgen de Araceli. Para el acompañamiento musical la Coral Lucentina había preparado la misa “Auxilium Christianorum” de Francisco Brunet Recasens. participaron en las lecturas y ofrendas los grupos de apostolado y hermandades de la parroquia de Santo Domingo de Guzman.