Un emotivo traslado de la Virgen de Araceli se celebró en la tarde del 23 de mayo, desde la parroquia de San Mateo hasta la de la Sagrada Familia. Tras la eucaristía, presidida por el vicario parroquial don Miguel Rodríguez y poco después de las ocho de la tarde, salía el paso de la Virgen precedido por la Agrupación Musical Cristo de la Humillación. Salía la Virgen a hombros, sobre su trono de plata, escoltada por cuatro velones y con el nuevo manto rojo bordado en el Taller de María de la propia archicofradía, que se bendijo en la tarde anterior. Mucha expectación y buenos comentarios suscitó esta prenda de ajuar entre los miles de devotos que acompañaron a la Santísima Virgen por las calles de Lucena.
Muy especial resultó el paso por calles desacostumbradas como Catalina Marín o Pajarillas, donde el vecindario se volcó en adornos, bengalas y alabanzas hacia la Madre de Dios. Allí se dieron cita fandangos, pétalos y sentimientos profundos de fe. A cada paso, salía al encuentro de la Señora una persona mayor impedida para la cual el paso de la Virgen por la puerta de su casa resultaba un acontecimiento inolvidable.
A pesar del paso lento, propiciado por la cantidad de personas que siempre hubo delante del trono, hacia las doce de la noche, subía la última cuesta de la Calzadilla del Valle la emocionada cuadrilla de Isidro García. Allí aguardaban, bajo el monumento al Sagrado Corazón, el párroco, don José Félix García y los representantes de la cofradía del Stmo. Cristo del Valle y Ntra. Sra. del Valle, titular del templo. En el camarín del retablo mayor, quedó la Virgen preciosamente vestida con su nuevo terno. Allí, durante tres días, se organizarán muchos actos de culto, especialmente el viernes por la noche, donde se recibirán las reliquias de San Juan de Ávila para la Vigilia Mariana.